Estaba buscando información en la red sobre ese fantástico hardware y software de código abierto que se llama Arduino. Poco a poco fui encontrando bastante material para estudiar aunque, lamentablemente, la mayoría está en inglés.
Ese problema lo solventé con el querido sistema de traducción de Chrome y más o menos voy logrando mi objetivo.
El problema es que también advertí que casi toda la información es vieja, por decir lo menos. Material del año 2006 hasta el 2013-14 y ahí es donde más o menos se termina y nada nuevo brilla bajo el sol. ¿Por qué? De pronto nadie publica nada nuevo y sólo encontramos artículos que son "copy-paste" unos de otros.
Seguramente no es que nadie estudie o haga cosas nuevas con Arduino. Simplemente no están en la red. Los motivos de estas ausencias (el problema no es sólo con Arduino sino con infinidad de cosas en las que uno podía encontrar foros y sitios muy activos y actualizados) son difíciles de comprender. Un experto me comentó que en muchísimos temas sucede lo mismo y él cree que se debe a la mercantilización de la información y el conocimiento. Es decir, muchos creen poder sacar algún provecho económico de lo que saben (o de lo que copian de otros) y lo publican sólo a través de sitios que se pueden monetizar de algún modo. Eso es una gran pena y un retroceso de la horizontalidad legendaria de la red que nos lleva hacia un verticalismo fundamentalmente monetario.
"Si no hay plata, no publico"
Tal parece ser la actitud de muchos bloggers serios y activos. En cambio, los espacios que van dejando los ocupan los banales que vemos haciendo tonteras en Youtube y sitios similares que están plagados de cosas maravillosas conviviendo con las estupideces y banalidades más increíbles. Y lo peor es que algunos de esos banales ganan dinero haciendo eso.
Evidentemente el sistema los estimula hacia la chatura porque lo chato, lo banal, lo fácil e intrascendente vende más y más cada vez. Ese fenómeno ya lo vemos desde hace mucho en otros ámbitos como la música y la literatura. Lo que no vende no vale el esfuerzo.
Evidentemente alguien fogonea y estimula ese fenómeno de la desinformación... y ese alguien es quien maneja hoy la red y sus contenidos. Los monstruos de la web. Las corporaciones de la web. Los súperpoderosos de la web. ¿Quién más?
Y pensar que alguna vez nos creímos lo de la libertad absoluta en internet, en la red de redes. Era, como tantas cosas, una ilusión. La red (ya no lo escribo con mayúscula porque no lo merece), está manipulada de cabo a rabo por esos tótems de la informática que pueden hacer literalmente lo que quieran con los contenidos propios y ajenos. Realmente lo pueden hacer y lo hacen. Utilizan algoritmos, software y hasta personas que acceden a todos los contenidos y los manipulan a su antojo. Trabajan para ellos mismos y para la corporación. Trabajan también para algunos Estados que pueden pagarlo.
Entonces, claro, ya no vale la pena publicar contenidos que no dejan ganancia o que van en contra de la tendencia que marcan los tótems.
Aún así, algunos (entre los que me cuento), persistimos en compartir lo que sabemos y aprendemos.
Entre publicaciones tecnológicas iré haciendo comentarios sobre estos temas. Obviamente yo no estoy en contra de que alguien gane dinero utilizando la red; el problema es que no hagan nada si no es por dinero... Hay una gran diferencia. El próximo: La Red Oscura.
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